En el mundo de las criptomonedas existe un debate muy sonado sobre la minería. Mientras que algunos se oponen a la minería tradicional y proponen nuevas alternativas como el staking, otros la defienden y argumentan que es la única manera de ser rentable y mantener las redes funcionando.

Aproximadamente 900 nuevos bitcoins son creados a diario a través del proceso que conocemos como “minería”, que consiste en premiar con 6.25 bitcoin a las computadoras que procesan complejas operaciones matemáticas a través de un software especializado y logran resolver un bloque

El día de hoy estaremos analizando cómo funcionan estas dos formas de minería y trataremos de responder la pregunta que todo el mundo se hace ¿Cuál es realmente la mejor opción para minar?

Minería vs Staking: repasando cada uno

Para empezar, debemos recordar que, como mencionamos más arriba, la minería tradicional funciona con unas máquinas que hacen operaciones matemáticas complejas y reciben una recompensa.

La cuestión con esto es que estas máquinas deben estar conectadas todo el día, todos los días. Una sola máquina puede consumir entre 3 y 4 kilovatios de energía eléctrica por hora, y normalmente, las personas que tienen estas máquinas no tienen una sola, sino decenas o cientos de ellas. Y en el mundo son miles y miles de máquinas conectadas todo el día todos los días.

Por lo tanto, el consumo es realmente alto. Desde un punto de vista ecológico, la minería ha sido altamente criticada.

De hecho, Tesla dejó de aceptar Bitcoin como método de pago el año pasado argumentando que el consumo eléctrico de la minería de Bitcoin es tan alto que una empresa ecologista como esta no podía seguir aceptándolo a pesar de las grandes bondades que reconoce que tiene la tecnología.

Por su parte, el staking se basa en guardar o más bien “bloquear” nuestras criptomonedas en una billetera, destinando su uso para la validación de transacciones dentro de la Blockchain en la que opera.

Al bloquear nuestras criptomonedas, estas generan intereses en forma de recompensa por nuestro “servicio”, lo que se traduce en beneficios adicionales (que pueden ser entre el 1 al  20% de nuestras reservas al año o en algunos casos más) para quien sea el poseedor de esos tokens.

Las mejores opciones y ejemplos a la hora de hablar de staking son Cardano, Solana y Algorand. Tres proyectos cripto con muchísimo potencial.

Ahora, ¿Cuál es la mejor opción?

Bueno, desde un punto de vista ecológico la respuesta es muy fácil y la mejor opción es el staking, pero ¿Qué hay desde el punto de vista lucrativo?

La verdad es que, a menos que tengas muchísimo dinero, la minería tradicional no es una opción. Cada máquina cuesta entre 2.000 y 15.000 dólares, a eso debes agregarle los gastos de consumo eléctrico que no serán nada bajos, refrigeración y mantenimiento.

Ciertamente, si tienes el capital, es una opción muy rentable, pero si no es casi imposible. Además, el país en el que estés influirá mucho en esto. Hay países donde la minería de criptomonedas es ilegal o perseguida y eso es un riesgo a tener en cuenta.

Por otro lado, el staking es mucho menos agresivo desde todo punto de vista. Puedes hacerlo sin mayor consumo eléctrico, sin riesgo y sin preocuparte por una locación ni por el mantenimiento de las máquinas.

La única recomendación es que tengas un capital relativamente representativo porque mientras más fondos bloquees, más recompensas recibirás, pero, en cualquier caso, no tiene que ser una inversión tan alta como la que tendrías que hacer para comprar una sola máquina de minería tradicional.

Si tienes mil, dos mil o tres mil dólares, lo mejor será ponerlos a hacer staking. Con el tiempo, la criptomoneda en sí misma se puede revalorizar y además estarás generando esas pequeñas recompensas que pueden ser hasta de 20 %.

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